Los problemas de erección no son sólo un problema físico, también afectan en gran medida la psique del hombre y su relación.
Involucrar a su pareja de la manera correcta no solo lo ayudará a encontrar la solución adecuada más rápido, sino que también puede profundizar su relación.
A continuación te daremos consejos sobre cómo hacerlo y qué evitar para no causar daños innecesarios.
¿Me vas a dejar si no paro?
La mujer que lo ama no lo dejará. Una relación que depende sólo de la presencia o ausencia de una erección nunca fue muy buena, ¿verdad?
Las mujeres aman a sus hombres por muchas razones. Y si realmente aman, quieren un hombre feliz a su lado.
Un hombre que sufre disfunción eréctil lógicamente tiene miedo a nuevos fracasos, deja de buscar sexo y se encierra; el no esta feliz.
Una mujer puede interpretar fácilmente el desinterés de un hombre como una señal de que ya no se siente atraído por ella o que ya no la ama.
Y ese es el camino hacia el abismo de las relaciones. ¿Cómo evitarlo y cómo no perder a tu pareja?
Que evitar
La peor solución posible es hacer oídos sordos al problema, hacer como si no pasa nada y que el problema no existe o es insignificante.
Esto no ayuda en nada y acabará haciendo aún más daño a tu salud y a tu relación. ¿Qué hacer entonces? Admite el problema, comience a comunicarse e intente encontrar una solución juntos.
Hablar con tu pareja
No importa lo difícil que sea, la comunicación abierta es lo mejor. Él le asegura a su pareja que la ama y que todavía se siente atraído por ella. Y luego cuéntele lo que está sucediendo de una manera que ambos se sientan cómodos.
Reconoce que le molesta. Una pareja que la ama se preocupa por su salud, pero tendrá la seguridad de que ella no es la causa del problema. Juntos os resultará más fácil afrontar el problema de la erección y encontrar una solución.
Involucra a tu pareja
No te preocupes, no es necesario que vayan juntos al médico, especialmente si te da vergüenza hablar del problema y quieres que te examinen en privado. Para empezar, basta con acordar con tu pareja actividades no coitales, es decir, todo tipo de aventuras amorosas y mimos que no impliquen penetración.
Ser hombre no se trata sólo de tener el pene erecto, así como el sexo no se limita al coito. ¿Tiene lengua y dedos? ¡Brillante!
¿Utiliza al menos algunas veces juguetes sexuales? ¡Fantástico! Y si no, es hora de empezar. No son competencia. Son sus amigos en todo momento (sí, incluso si el pene funciona como debe) y puede descubrir muchas cosas nuevas involucrándose en el juego.
Cuida la vida sexual de tu pareja
Incluso con el pene en huelga, hay muchas formas de disfrutar de los momentos íntimos. Sea juguetón. Use su imaginación. Disfrutad del otro, mimaos con caricias, palabras, caricias, mimos, masajes, sexo oral.
Pronto descubrirás que aún queda mucho por descubrir. Y no sólo eso.
Centrarse en actividades no coitales ampliará sus horizontes sexuales, profundizará su intimidad y le dará fuerza y confianza en el camino hacia la solución del problema.